miércoles, 1 de septiembre de 2010

~ C h a p t e r # TWENTY-ONE ~




Estaba algo inconsciente pero aun así logre sentir que alguien me hablaba, una voz varonil que no logro reconocer, me levanto en sus brazos y después de eso, no se nada.
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Abrí los ojos lentamente abrumada por el golpe y algo de dolor me perforo en un costado del torso cuando me moví, me mire y en definitiva no era la ropa que yo traía puesta antes de este raro suceso, mi vestido no estaba en mi cuerpo y ahora en su lugar estaba una playera, al parecer de hombre, y un pequeño short.
Mira a mi alrededor y me temblaron las manos al ver que estaba lugar que no me era absolutamente conocido ¿Dónde estoy?, no recuerdo nada, ni siquiera se que paso, ah si, ya recordé algo. Lo más doloroso. El rechazo de justin. En ese momento resonaron en mi cabeza sus horribles palabras: “Lárgate, no te quiero ver mas en mi vida” y ese dolor que por un rato se desvaneció de nuevo había regresado y con mas fuerza. Pero que mas da, el fue quien no me creyó, ya no hay nada que pueda hacer.
Me levante de la cama con dificultad y soltaba algunos quejidos de dolor, el cuerpo me dolía físicamente, era como si me hubieran golpeado con camión.
Seguía gimoteando y quejándome de mi malestar y cuando justo por la puerta de la grande y elegante habitación desconocida entro un chico. Era de estatura un poco mas alto que yo, pero a decir verdad yo a comparación de otras chicas soy baja así que el no era del todo muy alto, tenía ojos verdes tez clara y pelo un color castaño muy claro, casi cenizo, con un cuerpo algo fornido pero sin exagerar. El me miro algo sorprendió y se acerco. ¿Qué diablos hago yo aquí?
- ¿Estas bien? – pregunto mientras me ayudaba a caminar.
- ¡¿Quién diablos eres tu?! – me separe bruscamente de el pero el dolor hizo que me contrajera y me retorciera - ¡arghhhhh! – grite de dolor tomándome del torso.
- ¿estás bien? déjame ayudarte por favor – insistió el chico.
Pasaron unos minutos de dolor intenso mientras el curaba la herida en mi estomago, tan solo eran algunos rasguños pero en contacto con el alcohol parecía que me hubiese perforado todo el estomago, el chico era tan pacifico y educado que me era difícil gritarle sin sentirme mal, el termino su curación y después me sonrió como afirmando que ya estaba mejor. Estábamos en el living y a decir verdad era precioso y enorme, tenia un toque acogedor y algo me hacia sentir cómoda, pero no, es hora de saber que paso.
- ¿Quién eres? – pregunte algo nerviosa mientras el se sentaba a mi lado en el sofá.
- Mi nombre es Liam, Liam Wilson – me ofreció su mano y yo la estreche un poco tímida – ¿y tú? ¿como te llamas? – esa sonrisa pacifica no se borraba de su rostro.
- Malena, Malena smith – dije algo un poco confundida.
- Bueno Malena… ¿no recuerdas nada? – pregunto preocupado.
- No, solo cuando sentí que algo me golpeo y caí inconciente – confesé.
- Bueno... esto no es fácil para mi, créeme, pero te lo diré… yo te arrolle con mi auto – su voz se quebró y su rostro alegre cambio drásticamente por uno arrepentido.
- ¿Qué? – dije con un hilo de voz. Tanta mala suerte tengo que ese mismo día que murió mi corazón también estuve a punto de morir yo. Que idiota soy – ¿y donde estoy?
- En mi casa, a las afueras de Atlanta, estuviste inconsciente por dos días y como no sabia en donde vivías tuve que traerte aquí. Espero que no te asustes, no soy ningún violador ni nada por el estilo – rió un poco.
- ¿dos días? – pregunte algo “idiotizada” ignorando el incomodo comentario. ¿Que paso por mi mente al haber huido así?, ¿al haberme adentrado en el bosque en medio de la noche? para después acabar en un accidente estupido de carretera, Oh si, creo que lo único que paso por mi mente fue una sola cosa. Justin.
- Si, así es, dos días – contesto a mi pregunta retórica, en realidad no quería que me lo repitiera ya había entendido perfecto la primera vez que lo dijo.
- ¿tú vives solo aquí? – pregunte algo confusa y ida, aun no podía entender bien las cosas, todo parecía no tener coherencia.
- No, pero mis papas no están, se fueron hace dos semanas y creo que aun faltan otras dos semanas para su regreso así que… – suspiro – estoy solo yo.
- Entiendo – dije pensativa, agache la mirada y las fije en mis piernas. Esperen, si yo estaba inconsciente ¿Quién me quito el vestido esponjado que traía esa noche? ¡¿el no habrá hecho?! Lo mire por unos segundos horrorizada y sobre todo avergonzada – liam… - mi vos sonaba nervios y lo estaba, demasiado. Vacile un poco jugando con mis dedos - ¿me puedes decir porque rayos estoy vestida así?, será que tu… - abrí los ojos como platos y estaba apunto de gritarle. ¡pervertido!
- No, en realidad contrate a una enfermera para eso – confeso. Eso me tranquiliza mucho, demasiado. Solo hay una persona que conoce a la perfección mi anatomía como yo la de el. Justin.
- Que alivio – susurre – liam te agradezco tu amabilidad de cuidarme y estar al tanto de mi pero quisiera irme a casa, mis padres seguro están preocupados por mi, y la verdad ya serian dos veces que les hago pasar tantos sustos – suspire algo cansada. Cansada de seguir pensando en justin.
- Con gusto… pero hay un pequeño problema – añadió mirando a la ventana. Yo la observe. Era de noche y llovía a cantaros, algo me dice que esta noche no llegare a casa.
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Pasamos horas charlando y obviamente era de esperarse que me cuestionara el porque estaba en esa carretera tan noche y vestida asi.
Pero yo trate de evadir el tema inventando otras cosas, Liam me parecía un chico increíble, sencillo y alegre, me hacia sentir bien a pesar de tener tan poco tiempo de conocernos, y la manera en que nos conocimos, era alguien muy dulce y caballeroso pero también tenia su carácter.
Ya es media noche y el me llevo al cuarto de huéspedes, muy elegante y acogedor, me dio las buenas noches y entre en la habitación para recostarme en ella.
Ya estas últimas horas no había recordado a justin ni el dolor que traen sus recuerdos. La compañía de alguien alivianaba la caída dolorosa de mi fracaso en el amor, no espero mas, no espero que vuelva a buscarme, y aunque lo amo todavía y no creo dejarlo de hacer jamás tampoco lo buscare cuando el mismo me pidió que me alejara y lo cumpliré.
¿Olvidarlo? – Jamás.
No puedo, no quiero y no debo. Eso es imposible, es imposible olvidarlo. ¿Cómo podría lograr semejante cosa? Eso es algo que no podría hacer ni aunque pasaran millones de años. ¡Maldición! Es que a caso no puedo dejar de llorar por el, es que me he vuelto tan débil si no esta a mi lado. Eso parece.
como olvidarlo si mi cuerpo pedía a gritos el suyo, porque su recuerdo estaba mas presente que nunca, porque a pesar de aquellas palabras cortantes que me dio y me destrozo el corazón sin piedad lo seguía amando & lo seguiría haciendo a pesar de que el ya no me amara mas, porque yo siempre seria suya aunque el no fuera mió, el dolor me invadía por completo el cuerpo, era como el dolor me invadía por completo el cuerpo, era como si me hubieran dado una puñalada al pecho a sangre fría, como si por mi piel corriera la sangre que se derramaba a chorros pidiendo el calor de la suya, era insoportable, por mas que trataba de contener las lagrimas se me escapaban cada vez que venia a mi mente un recuerdo de sus labios aferrados a los míos, parecía que cada lagrima me quemaba las mejillas, que cado sollozo me desgarraba la garganta dejándome sin voz alguna, me quemaba por dentro la sangre que pedía estar junto a el, mis lagrimas lloraban su nombre, el corazón luchaba por salir de mi pecho y correr en busca de el, la cabeza me daba vueltas como si estuviera a punto de desmayar esperando que todo fuera un pesadilla, era tanta la agonía de estar no estar junto a el, recostada en su pecho que me hacia sentir tan segura, tan feliz, tan amada, & es que este cuerpo mió ya no me pertenecía , ahora le pertenecía solo a el, mis oídos solo respondían al llamado de su voz, mi piel solo sentía las caricias de sus manos, mi corazón solo gozaba cuando oía su voz diciéndome un “te amo”, mis ojos ya no querían ver mas que su rostro, estaba cegada, muerta, hipnotizada desde que lo conocí, pero ahora que mas da, si el se marcho y se llevo con el todo mi ser , solo me quedaba esperar a que algún día este cuerpo ya no anhelara a ese cuerpo fuerte y hermoso, esperar a que un día al pronunciar su nombre mi cuerpo no temblara de dolor, algún día este cuerpo ya no anhelara a ese cuerpo fuerte y hermoso, esperar a que un día al pronunciar su nombre mi cuerpo no temblara de dolor, que mi mente ya no tuviera ni el mas mínimo recuerdo de ese chico al que tanto ame, y amo, ahora solo me quedaba esperar, y seguir mi camino fingiendo que nada paso, aunque por dentro se me partiera el alma en dos, seguir viviendo sin vida, es como estar muerta y seguir respirando, seguir aguantando el dolor en silencio, seguir viendo como mi mundo se destruye poco a poco sin poder hacer nada solo esperar a que se derrumbe por completo para construir uno nuevo donde el no exista, donde el dolor ya no me corra por el cuerpo donde su nombre cause indiferencia ante mis oídos, donde yo pueda ser feliz de nuevo con las cicatrices que me dejo aquel amor.
Mi justin, mi amado justin ¿Cómo pudiste haber dudado así? Como es que desconfiaste de mi cuando yo me entregue por completo a ti, como pudo haberme creído tan poca cosa y ser una p*ta cuando firme el un contrato de lealtad entregándole mi cuerpo, mi ser, mi alma.

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- ¿lista? – pregunto liam mientras bajaba las escaleras.
- Si, eso creo – mire mi atuendo que consistía en ropa de chico y fruncí el seño.
- Te ves linda – carcajeo dulcemente – apuesto que con cualquier cosa te ves hermosa.
- Gra… gracias – me ruborice – vamonos, se hace tarde.
- Si – sonrió y de una forma caballerosa me abrió la puerta del coche
En el camino al principio todo era charla y el como siempre me sacaba una que otra risita penosa pero debido al cansancio la otra mitad del camino me quede dormida por consecuencia a no haber descansado bien en la noche, no pare de llorar.
- llegamos – dijo esa voz dulce de liam.
- ¿ya? – pregunte algo adormilada.
- Si así es – añadió con su blanca y linda sonrisa.
Entramos a casa de tía lili, donde mis padres se estaban hospedando durante estas vacaciones. Ellos al verme entrar… con un chico parecieron estar locos, gritaron y regañaron, de nuevo volviendo a lo anterior, que no es la primera vez que desaparezco así de la nada durante días. Liam con toda amabilidad y respeto explico el desagradable suceso y ellos se asustaron por mi accidente pero yo le explique que solo fueron rasguños, ellos, como era de suponerse, me castigaron por el resto del tiempo que estemos en Atlanta y talvez aun más. Vanesa parecía sorprendida ante mi supuesta “rebeldía” según mis padres, mi prima siempre era la de los problemas, no yo.
Liam se tenía que ir, ya que anochecería en unas horas, acompañe a liam a la puerta y nos quedamos un rato charlando.
- bueno… - suspiro – me tengo que ir.
- Si, esta bien – sonreí – muchas gracias por traerme.
- No me des las gracias, no las merezco después de ese accidente que tuviste gracias a mi gran idiotez - hizo una mueca culpable.
- Tu no tienes la culpa, yo fui quien la tuvo por estar pensando en…. – me trague las palabras y las cambie por otras que no nombraran a justin – por pensar en tantas cosas y no prestar atencion a donde iba – sonreí.
- Perdóname por favor – suplico.
- No hay nada que perdonar, todo quedo en el pasado, además ya estoy acostumbrada al drama desde que… - desde que conocí a justin – llegue a Atlanta.
- Gracias – sonrió y me abrazo arropándome en su pecho calido. Era lindo pero nada se comparara al del dueño de mi corazón.
- No pasa nada – decidí no rechazar sus brazos y lo apreté fuerte. En ese momento ese auto paso, ese Ferrari negro que era incapaz de confundir. Solo una persona posee uno así. Si en efecto, es el, es justin.
Sentí mi cuerpo temblar entre los brazos de liam, el nos miro como queriéndonos fulminar a ambos. De inmediato me solté pero justin ya se había alejado por el pavimento en su auto.
- adiós – dijo liam con una sonrisa,
- adiós – sonreí algo tonta y distraída. El beso mi frente y se fue en su coche alejándose de la cuadra.
Mire a los costados de la calle en una señal del auto de justin, pero nada. Me acerque a la puerta y antes siquiera poder tocar la perilla para introducirme en la casa alguien me jaloneo del brazo. Voltee y lo vi.
Voltee y lo vi, esos ojos, esos labios, ese rostro me hizo querer morir. Mi Justin. ¿Cómo se atreve a venir después de todo lo que hizo?
- veo que ya me olvidaste – dijo con un rostro serio.
- ¡¿Qué haces aquí?! ¿Cómo te atreves a venir después de todo lo que me dijiste? – la melancolía me comía viva y las lagrimas revivían corriendo en mis mejillas.
- Vine a verte, supe que tuviste un accidente y también vine pedirte perdón, a buscarte para hablar pero veo que ya te olvidaste de mí – su voz sonaba agria y algo melancólica.
- Si, así es… - ¡que! Como pude decirle eso. ¿Cómo pude mentirle? Es más que obvio que el es el único en mi vida – lo siento pero no soy tu juguete, no soy tu muñeca a la que engañas y abandonas cada vez que se te antoja.
- ¿estas diciendo que lo nuestro acabo? – como puede preguntarme eso cuando el hace unos días dijo que no quería verme jamás.
- Si – ¡CRASH! Es el ruido que escuche dentro de mi donde todo mi cuerpo se había debilitado, mi corazón se detuvo en seco. Lose, se que me muero si no estoy con el, se que el dolor será mas fuerte, pero prefiero sufrir ahora lo que algún día tendré que pasar, esto no tiene futuro y me doy cuenta que nunca tuvo un principio, esto esta matando a los dos ¿para que prolongar lo inevitable? Al mal paso darle prisa… ¿o no? además… ¿Por qué hablar con el? ¿Por qué escucharlo si el no me escucho a mi? ¿Por qué perdonarlo si el no supo perdonarme? Me decepciona,, me lastima saber que no me tuvo confianza y si no la tuvo antes… ¿Por qué la tendría hoy?
- ¿Esto es un “adiós”? – Justin trato de hacerse el fuerte, de no llorar pero yo lo conocía a la perfección, sabia cuando estaba mal, y ahora me doy cuenta que es cuestión de segundos y veré sus lágrimas caer.
- Si. Es un “adiós”. – lo mire por ultima vez y con todas las fuerzas posibles me sostuve el corazón para no caer rendida a sus pies. Para no perdonarlo y tener voluntad, tener el carácter para dejarlo ir porque… seamos sinceros, nunca fue lógico nuestro romance, el es el ídolo de cientos de chicas y yo, yo soy una chica común.
- Adiós justin – le di la espalda y abrí la puerta para entrar pero el me sostuvo por la muñeca tratando de detenerme.
- Espera… - suplico.
- Lo siento, es lo mejor para los dos – susurre sin mirarlo siquiera me solté de su mano y entre a casa cerrándole la puerta.
CONTINUARA….

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