viernes, 3 de septiembre de 2010

~ C h a p t e r # THIRTY - THREE ~



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Ya han pasado un mes y medio, a mi no me ha parecido así, yo siento que han pasado años desde la ultima vez que reí, me e vuelto una tonta, entre al colegio de aquí cerca y no hay mucha gente que me hable, me e vuelto tan silenciosa que asta a mis padres les preocupa, en las noches aun lloro por justin y nunca salgo de mi cuarto a menos que sea para la escuela, parece que empiezo a empeorar por que e llegado al punto de imaginar a justin a mi lado, tengo alucinaciones con el, a veces creo verlo con esa sonrisa, imagino su rostro en otros cuerpo, me estoy volviendo en una psicópata, vanesa antes siempre venia a visitarme para ver como seguía pero por mas que ella quería mejorar mi animo yo nunca se lo permitía, ella parece haberse cansado de mi maldito comportamiento y hace semanas que me prometí volver a ser feliz pero me resulta imposible si quiera pensar que perdí lo mas importante en mi vida. Justin.
El pospuso su gira por algo de su CD, pero ahora perece que se dio unas vacaciones fuera de las cámaras y los paparaziz, eso me desespera, ahora lo poco que me enteraba de el era por TV y ya no sabré nada, no entiendo su comportamiento.
El no ha salido con nadie y si lo hace no lo resistiría, las ultimas veces lo veo un poco distante pero aun así feliz, a mi me agrada saber que esta bien, sin mi.
- Male ¿estas ahí? – era la voz de mi prima. Parece que aun no se ha dado por vencida.
- Pasa – dije desde adentro de mi habitación oscura.
- Hola prima – me saludo y yo igual.
- Hola vanesa.
- Aun no piensas Salir de este maldito cuarto – me regaño, ya no era raro que lo hiciera.
- Déjame en paz, si viniste para eso entonces te puedes ir – gruñí.
- No, mis tíos me acaban de llamar para que te llevara conmigo – ella empezó a tomar una maleta y metió ropa y zapatos míos.
- ¿Qué haces? ¡no! mis papas no dijeron eso, ¿Por qué rayos me tengo que ir contigo? – débilmente me levante de la cama y me acerque a ella.
- Porque tus papas saldrán de la cuidad junto con los míos y te vendrás a quedar a mi casa – no paro de empacar mis cosas sin mi permiso.
- Ellos no pueden, no me han dicho nada, es mentira – la detuve y le quite mis pertenencias.
- Si lo hicieron solo que tu ya no escuchas, no prestas atención, te has vuelto una psicópata – ella no paraba de gritar al igual que yo, pero eso es algo normal, siempre que venia acabamos así.
- ¡No, no iré! – dije firmemente mientras ella me fulminaba con la mirada.
- Malena, no te vez, te has vuelto detestable, incomprensible, triste, sin vida, ya no eres tu, no entiendes el daño que te haces, la semana pasada volviste a caer al hospital por que no comías ni dormías bien. de verdad crees que así vas a cambiar las cosas – ella no paraba de hablar como si fuera mi madre, solo se la pasaba sermoneaba – ¿quieres seguir así? ¿te gusta sufrir? Entonces hazlo, ya no voy a seguir discutiendo, solo una cosa mas… de verdad aun sigues culpando a la vida por esto, es estupido que sigas así, tu sola eres la que no quiere mejorar, ¿De verdad te gustaría que justin te vea así mientras el esta feliz sin ti? – esa ultima frase me traspaso el pecho, me hizo daño escuchar la gran verdad que a dicho, el esta tan feliz y yo aquí destrozada por su ausencia. No más.
Sentía como mis lágrimas caían y vanesa me miro horrorizada, arrepentida de haberme dicho esas cosas tan feas.
- Male perdóname yo no… - ella me abrazo y llore en su hombro.
- No importa, tienes tanta razón, debo seguir adelante sabiendo que el ya no me recuerda, tengo que demostrarle al destino que aun no me vence – la abrase fuerte.
- Espere tanto para que dijeras eso – suspiro – yo te ayudare a que seas la de antes.
Ambas nos fuimos a su casa después de que mis papas y los suyos partieran, llegamos a su casa y comenzamos a ver películas de terror y de risa, era una pijamada de solo nosotras, era raro pero me sentía de nuevo bien, nos estábamos divirtiendo tanto y reía con cada tontería que hacíamos.
- ¿hola? – contesto su teléfono – si esta bien te veo aya – ella colgó rápido y me vio con una sonrisa picarona.
- ¿Qué pasa? – pregunte curiosa.
- Me acaban de invitar a una fiesta de antifaces – contesto emocionada – ¡vamos!
- No, aun no quiero salir – dije de nuevo en mi tono pesimista.
- Anda Male, créeme que te aseguro que no te arrepentirás – ella insistió tanto, nunca era tan terca pero acepte de mala gana.
- Esta bien – suspire.
- ¡Gracias! Enserio tenemos que vestirte hermosa, no sabes lo que puede pasar en la fiesta – subimos a su cuarto y empezó a buscar entre sus cosas.
Abrió su armario y saco un hermoso vestido, era realmente lindo me dijo que eso me pondría y ella saco otro vestido para ella, me dio un antifaz que combinara con mi vestido y nos arreglamos.
Me puse mi vestido , solté mi pelo y lo alacie para acogerlo solo de un lado con un prendedor, pinte mis ojos y un poco en mis mejillas y algo de rojo en mis labios, pero solo algo natural y me puse mi antifaz
Ya estábamos listas y vanesa tomos las llaves de su auto, subimos y nos dirigimos a la fuiste, me sentía rara, hace tanto no salía a recorrer Atlanta y mucho menos de noche, ya casi olvidaba lo lindo que era este lugar por estar en mi habitación.
Llegamos a una casa enorme, era hermosa y lujosa, había montones de chicos pasándola bien, todos reían y bailaban, andaban muy elegantes y todos traían antifaces, eso hacia la noche aun mas interesante, el lema de la fiesta es “Todo puede pasar en una noche, lo que nunca sabrás es con quien paso” y le quedaba perfecto, todos parecían algo atrevidos y era seductor la idea de no saber con quien estas coqueteando, aun así era romántico ver a algunos sonreír y ver la química entre ellos.
Podía sentir mi piel pedir a gritos a justin, mis ojos aun no se cansaban de llorar por el y sentía mis lagrimas caer en mis piernas sentada en la banca, mientras estaba con la mirada agachada vi Unos pies, unos zapatos de chico acercándose a mi y cuando levante mi rostro la noche era oscura y no había mucho que ilumina el lugar, aun así no podría ver su rostro por el antifaz que tenia puesto, el me miro algo curioso.
- hola ¿estas bien? – su voz era ronca, no mucho pero si era varonil aunque aun así era dulce. No podía ver su rostro ni distinguir sus facciones por que la mascara cubría parte su rostro aun así note que su sonrisa era hermosa y me parecía algo conocida, la luna no alumbraba mucho y nos dejaba en la oscuridad, me era demasiado difícil verlo bien, solo note que traía un traje de chaleco negro y su cabellera parecía de color claro.
- Si, gracias – trate de sonreír pero mis ojos húmedos me delataron.
- Eso no lo creo – el se sentó a lado mió en la banca - ¿porque lloras? – pregunto dulcemente.
- Por nada, no estoy llorando – dije firmemente.
- Si tu lo dices – ironizo – entonces ¿quieres entrar y bailar conmigo? O lo podemos hacer aquí – su propuesta fue demasiado directa, apenas y lo acabo de conocer.
- No gracias, nose bailar – mentira, claro que se pero no pienso darle el gusto, solo busca coquetearme, no entiende que yo solo quiero estar sola, no necesito la compañía de un chico que no sea justin.
- Anda vamos yo te enseño, solo una pieza y no te vuelvo a molestar – insistió sonriente. Había algo en el que hacia sentir rara, sentía una extraña sensación en mi corazón, no pude negarme después de todo el me dejara en paz si cumplo su pedido.
No dije nada y me puse de pie a su lado, me di cuenta que era un poco mas alto que yo.
- no quiero entrar, si quieres bailar conmigo será aquí en el jardín, aun se escucha la música – puse mis reglas y el acepto.
- Claro, será como tu quieras – sonrió de nuevo. Hay algo en el que me hace sentir melancólica.
- ¿Por qué insistes en bailar conmigo después de que te rechace? – pregunte confusa.
- Porque se que te darás cuenta que fue mejor haber aceptado – sus palabras me confundieron aun mas, parecían tener otro sentido.
Comenzó a sonar una canción, la música estaba tan fuerte que se podía escuchar perfectamente desde donde estábamos. Es irónico que vaya concederle un baile a un chico del que ni siquiera se su nombre.
Coloque tímidamente mis manos en sus hombros y sentí que mi respiración se agitaba, pero cuando el coloco sus manos en mi cintura sentí mi piel arder después de meses de estar fría y perdida, el vació dentro de mi parecía haberse calmado, era extraño sentir esto, es poco coherente sentir esto por alguien que hace pocos minutos conocí.
Nos movíamos lentamente al compás de la música, todo me gritaba que lo besara. ¡No! ¡yo no pienso volver a probar otros labios! Yo solo tengo un dueño de mi alma. Y ese no esta aquí.
El me miraba constantemente de una forma extraña pero la oscuridad no me permitía ver el color de sus ojos, seguíamos meciéndonos y podía sentir como mis manos temblaban de miedo, algo sentía mi cuerpo, algo que yo no comprendía.
- Aun sigues siendo tan linda como el primer día – dijo en susurro.
- ¿Qué? – pregunte algo desconcertada pero el no contesto mi pregunta y siguió hablando y bailando a la vez.
- No puedo creer que no seas mía, pero comprendo que tu felicidad no esta conmigo – sus palabras no tenían sentido, el quien es para poder decir eso si apenas y nos conocemos.
- ¿de que hablas? – mi voz se iba del miedo
- De lo vació que me he sentido sin ti – contesto algo melancólico.
- No entiendo que dices, porque dices esas cosas, tu y yo no nos conocemos, ni siquiera sabes quien soy, talvez me confundiste por el disfraz – dije aterrada y desconcertada.
- Se quien eres exactamente Malee – contesto decidido y seguro. En efecto sabe mi nombre ¿Quién diablos es? La luz de la luna se hizo mas fuerte cuando las nubes dejaron de cubrirla iluminándonos, lo vi y un temblor recorrió mi cuerpo. El se quito su antifaz para dejar ver su rostro mejor.
Su cabellera era dorada como el oro, su cuerpo un poco fornido pero sin resaltar tanto, sus ojos eran de ese color miel dulce que empalagaba y sus tan perfectos y rosados labios apetecibles, fue cuando mi corazón estallo en miles de sentimientos perdidos en el dolor, mis ojos de nuevo se humedecieron al darse cuenta de quien era esa tan anhelada presencia. No podía creer lo que mis pupilas veían, este es mi justin, ¿el esta aquí de verdad? Me tambalee, perdía las fuerzas para mantenerme de pie mientras el me miraba, iba a caer pero sus manos lo evitaron, me detuvieron y me hicieron sentirme segura de nuevo, no podía hablar quería gritar pero simplemente no respondía al impacto del encuentro.
- regrese, solo por ti estoy aquí – dijo mi alucinación.
- Esto no es real, es un delirio, tu no puedes estar aquí – dije con un hilo de voz y retrocediendo a pasos lentos llena de horror.
- Soy real, por favor perdóname… vine por que te extrañe tanto, no puedo seguir fingiendo que ya te olvide porque eso no es verdad, no me importa si sigues con liam, no me voy a rendir – el se acerco a mi y me miro a los ojos. ¡Es el! de verdad estoy con el. mi corazón latía tan fuerte que me causaba dolor y mi cabeza estaba mareada.
No me importo en absoluto quien me viera, me lance a sus brazos y podía sentirlo, lo abrase tanto como mis brazos pudieran, mis ojos no dejaban de llorar de felicidad.
- No estoy con liam, el y yo nos separamos hace tiempos… por que aun te amo – dije llorando, el me miro con una sonrisa en su rostro – perdóname por haberme comportado como una tonta fingiendo que estaría mejor sin ti, este tiempo a sido un infierno en tu ausencia, por favor no te vuelvas a ir, por favor – escondí mi rostro en su cuello mientras lloraba.
- Yo también te amo, regrese porque no puedo vivir sin ti – el me abrazo de la cintura y después beso mi frente.
No podía describir la inmensa dicha que sentía al verlo de nuevo, quería atarme a el para no volver a alejarnos.
Después volví a mirarlo y lo bese, sentí de nuevo la exquisita sensación de sus labios aferrados a los míos, mi piel ardía después de ser helada sin el, mis ojos no dejaban de admirar su belleza, su pelo dorado, sus ojos miel, sus labios que son mi droga. Lo amo tanto. El beso fue como si me despertara, de nuevo sentía felicidad en mi vida, y aunque estaba llorando era de felicidad de sentir sus manos en mi cuerpo y su aliento chocar en mi piel. Nuestras respiraciones se combinaron en cada beso y nuestras lenguas extrañaban jugar entre ellas, parecía que fueron años sin el, anhelaba tanto volverlo a ver y ahora que lo tengo no pienso dejarlo ir, no pienso de nuevo renunciar a el por una estupidez.
Es extraño, hace unos segundos antes de saber que el era justin, mi cuerpo se sentía dichoso, sentía calma de estar junto a el, es como si mi alma siempre lo reconocería aunque mis ojos no pudieran verlo, su aroma seguía siendo el mismo tan deleitable para mis pulmones, su boca era aun mas apetecible y deseada que antes, su pelo dorado seguí igual pero sus facciones ahora eran mas adultas pero aun seguía viéndose tan dulce como antes y era aun mas alto que yo, su voz, su voz a cambiado con el tiempo, ahora es un poco mas ronca que antes pero seguía siendo melodiosa antes mis oídos, eso explica porque su voz no la pude reconocer.
Seguía besándolo mientras lo aferraba a mi atenida a su cuello y el recorría mi espalda y mi cintura con sus manos, no quería despegarme ni para tomar aire.
Nos detuvimos para poder hablar.
- ¿Cómo me encontraste? ¿Cómo sabias que estaba exactamente aquí? – pregunte mientras acariciaba su suave mejilla.
- Tu prima me dijo que estarías aquí, siempre supe que eras tú aun con ese antifaz – rió.
- ¿Ella te ayudo? – mis ojos se abrieron como platos, vanesa había planeado esto, ahora entiendo porque insistía tanto. Gracias a ella, le debo tanto.
- Si, ella… me contó de ti, se que no has estado muy bien desde que liam se fue y mucho antes – me miro algo culpable. El tiempo JAMAS me ara inmune a su inmensa belleza.
- Si pero por favor no quiero recordar el pasado, quiero estar contigo sin tener que volver a sufrir, por favor dejemos eso y vivamos el momento.
- Esta bien - me beso de nuevo. Jamas me cansare de su boca.
Empezo a sonar la misma cancion de aquel dia que me confeso todo, la de first dance, la misma en la que habiamos bailado por primera vez juntos, el comenzo a cantarla en mi oido y bailabamos, era la mas hermosa noche, jamas me habia sentido tan feliz, jamas nadie podra hacer que me aleje de el, de nuevo.
Nos quedamos viendo sonrientes a los ojos, ninguno queria alejarse del otro.
- ¿quieres que vayamos a tu casa? Vanesa me dio tus llaves – su sonrisa era provocadora y ese gesto tan suyo de morder su labio. Extrañaba cada rasgo de el.
- Esta bien – sonreí y caminamos de la mano entre lazando sus dedos con los míos. Parece que mi prima tenia todo planeado, la quiero tanto y le debo tantas disculpas.
Subimos a su auto y el Conducio asta mi casa, esta noche mis papas están de viaje y llegaran asta que termine el fin de semana. Podríamos estar solos sin que nadie nos estorbe. En el camino no podía dejar de mirarlo, extrañaba cada aspecto y cada movimiento, parecía una babosa pero es que no podía ignorar su belleza.
Al llegar entramos a mi casa, era mas de la una de la mañana y me moría de sueño pero no quería dormir. Entramos a mi cuarto y nos quedamos ahí.
- Eres tan hermosa – susurro el en mi oído.
- Tú eres un tonto por haberme enamorado así – dije con una sonrisa, ambos estábamos acostados en mi cama viéndonos como si fuera la primera vez.
- Si, soy un tonto por que amo a la chica mas sexy del mundo – mordió su labio y sonrió.
Extrañaba sus inoportunos comentarios. Ese es el chico que me tiene loca.
Pasamos horas platicando y me hacia reír con sus tontos comentarios, el me besaba sin pleno aviso y sonreía algo travieso, cuando dieron las tres de la mañana mis parpados me pesaban tanto, pero resistía y me mantenía despierta.
- duerme – me ordeno justin con esa angelical voz.
- No quiero, no quiero cerrar los ojos y despertar mañana sin ti – mi rostro fue triste, tenía miedo de perderlo de nuevo.
- Yo no me iré, me quedare contigo de ahora en adelante, ahora duerme y te prometo que mañana seguiré a tu lado Malee – me beso, fue corto pero sentí todo su cariño en ese rose de labios.
El me abrazo de la cintura por atrás y sin darme cuenta me quede dormida.
En la mañana siguiente desperté sin ver a nadie a mi lado, mi cuerpo tembló, el prometió quedarse conmigo y se fue tan pronto. Porque fui tan estupida para confiarme tanto.
CONTINUARA….

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