viernes, 3 de septiembre de 2010

~ C h a p t e r # THIRTY - EIGHT ~




El estaba acostado mientras yo también con mi cabeza sobre su dulce abdomen, mientras hablaba y hablaba yo solo admiraba su belleza, su sonrisa cautivadora, sus ojos acaramelados, a veces lo interrumpía con uno que otro beso en su cuello que le provocaba cosquillas, adoraba inhalar su aroma varonil e exquisito y provocador perfume.
Me sentía tan feliz a lado de el, todo era tan perfecto cuando estábamos juntos, no me importan los problemas, me importa que el se quede a mi lado…. Por siempre.
Me levante de la cama y justin me miraba raro. Empecé a buscar el par de anillos que había comprado.
- ¿Qué buscas? – me pregunto con curiosidad.
- Algo – respondí mientras por todos lados buscaba. ¡donde están!
- Dime, te puedo ayudar – insistió.
- No, es una sorpresa – seguí buscando en las maletas, el solo me miraba sentado en la cama.
Me comencé a desesperar al no encontrar los anillos, no se me pueden perder ¡no! mierda. Comencé a estresarme que estaba a punto de llorar, esos anillos costaron demasiado, son muy especiales.
- ¿Male que te pasa? – me miro.
- ¡los perdí! – gruñí triste – perdóname, había comprado… unos anillos, algo que simbolizara nuestro amor pero soy una idiota y los perdí, debí haber sido en el viaje – una lagrima cayo por mi rostro. Era muy especial ese obsequio.
- Tranquila – me dijo limpiando mi lagrima – eso es lo de menos, además mira… - tomo su mano y se quito un anillo que traía puesto – este anillo – dijo y tomo mi mano – simboliza lo mucho que te amo, y esta es una promesa de que no me alejare de ti jamás. Te amo – me beso. Esas palabras me hicieron la chica mas feliz del mundo, jamás entenderé como es que pudo odiarlo algún día, su sola presencia me alteraba en cada sentido.
- Toma – saque uno de mis anillos – esta es mi promesa de que lo nuestro lo defenderé pase lo que pase, no me importa en los problemas que me meta porque te amo mas que a nada – sonreí y lo bese de nuevo.
- Yo te amo mas – dijo sonriente.
De nuevo me beso y comenzó a morder mis labios, era excitante y placentero cuando sus labios tocaban los míos, nos tiramos en el colchón y soltó mis labios para mirarme, me abrazo por la espalda para jugar con mi pelo.
Pasamos otras horas viendo hacia el balcón y a la luna, platicando y riendo, no quería dormir pero el sueño me venció y caí.
Aun dormida note que justin se iba, mire el reloj y eran las 6 a.m.
- no te vayas – suplique adormilada mientras el se ponía de pie – quédate conmigo.
- Siempre estaré contigo, me tengo que ir pero te prometo que vendré en la noche. Duerme – me beso y se fue por el balcón.
_____________
Desperté en la mañana, me duche y me cambie para bajar a desayunar.
Mis papas estaban en la mesa, era ahora o nunca, no permitiré que me alejen de justin, si no los convenzo moriré.
Me senté en la mesa con el rostro serio, ellos aun estaban distantes, no se les había pasado el enojo, al principio empecé a comer sin siquiera mirarlos, era incomodo estar todos en silesio pero decidí hablar de una vez.
- mama… - susurre nerviosa – tenemos que hablar.
- ¿de que? – pregunto secamente.
- De… justin – ella me miro con un rostro molesto.
- No hay nada que hablar Malena, ya te dije que esto se acabo y estamos pensando en irnos de Atlanta – mi papa no decir ninguna palabra, es obvio que a el no le interesa hablar conmigo.
- ¡¿Qué?! ¡no! yo no me iré de aquí, tú no puedes decir así como así que nos iremos de Atlanta – grite desesperada, mis lágrimas caían sin control, me sentía inútil sin poder anular su decisión.
- Ya lo dije ¡Entiéndelo es por tu bien! – me grito enfadada – No ves todo las idioteces que haces por justin, se que lo amas pero tu misma traicionaste mi confianza. Ya esta dicho, nos iremos – era su palabra final. No puede, eso no, me siento una completa idiota por no poder evitarlo.
Corrí a mi habitación llorando y me encerré en ella, pase toda la tarde llorando y buscando alguna forma de comunicarme con justin pero nada, asta que me mando un mensaje a mi teléfono, me había dicho que esta noche no podría venir y que me amaba, para el colmo no tenia forma de contestarle porque no tenia saldo.
El tenia que saber de esto, tenia que ayudarme a detener a mis padres.
He pensado en una posibilidad de huir de casa, se que es algo peligroso pero no me dejan de otra, si ellos no quieren que este con justin mientras viva en esta casa… entonces no pienso seguir viviendo con ellos.
Tome una mochila y metí mis cosas, solo lo necesario, ropa y dinero, era media noche y espere a que ellos durmieran, paso un rato y ellos ya estaban completamente dormidos, tome mi mochila y baje por el balcón con dificultad, tenia demasiado miedo pero era mas el dolor de perder a justin que el medio así que me arriegare.
La noche era fresca y no había mucha gente en las calles pero había aunque sea un poco, no tenia idea de a donde iría, justin estaba con pattie y si ella me viera le avisaría de inmediato a mis papas, lo único que queda es un hotel.
Comencé a alejarme de mi casa, sentía miedo al recorrer yo sola las calles, pero pensar en mi felicidad a lado de justin me impulsaba. Prometí no volver a permitir que me separen de el.
Lo cumpliré.
Camine a pasos rápidos y nerviosos con mi chaqueta negra puesta, hacia frió y el clima parecía indicar que llovería, todo iba bien asta que note que alguien, un hombre me seguía a pasos cortos, creía que no me había dado cuenta que me seguía pero lo note, no quise voltear pero tenia miedo, mucho, camine mas rápido casi trotando, las calles se veían mas vacías a cada minuto y el viento era fuerte.
Tenía miedo ¿Quién es? ¿Por qué no me deja de seguir? ¿Me querrá matar? no podía dejar de pensar en cosas malas, el iba cada vez mas cerca, y sin darme cuanta para donde iba termine en un callejón completamente solo, era oscuro, voltee hacia atrás y el hombre de bigote y mirara pervertida, sonrió y se acerco a mi a pasos lentos.
- ¡¿Qué quiere?! – le grite horrorizada.
- ¿Qué haces tan noche en las calles lindura? – ironizo.
- ¡DEJEME EN PAZ! ¡VAYASE! – grite mas fuerte, era inútil.
Estaba temblando todo mi cuerpo, me faltaba el aliento. ¿Quién diablos me manda a salir a estas horas? ¡soy una idiota!
El hombre se acerco a mi, estaba a cm. de mi, cerré los ojos y me pegue a la pared poniendo mis manos alrededor de mi torso. Tratando de protegerme.
Solo esperaba el momento en que el me tocara para golpearlo y salir corriendo, el miedo se apoderaba de mi pero tenia que escapar, este señor tratara de tocarme. Por favor Dios ayúdame.
Extrañamente nunca sentía nada, tenía los ojos cerrados y escuche un fuerte golpe y alguien cayo al suelo, me sorprendí, ¿Quién más esta aquí? Abrí los ojos y lo primero que vi fue al hombre que me acosaba tirado en el suelo, después a su lado una sombra parada, era un chico con gorro y chaqueta oscura, el me miro y aun que el hubiera alejado a ese acosador de mi sentía miedo, talvez el solo lo hizo por el, no se que pueda hacerme.
El me miro y se acerco a mi, quedo a centímetros de mi rostro y el aire se me había ido de los pulmones, no podía ver su rostro por la oscuridad, después sin pleno aviso ya me encontraba rodeada por sus brazos.
Me estaba abrazando.
- ¡Aléjate! – grite y me separe de muerta de miedo. Este también es un pervertido.
- Male… - susurro. No podía verlo con esa maldita capucha puesta, no podía ver su rostro.
- ¿Qué? – dije con hilo de voz - ¿Cómo sabes mi nombre? – pregunte con miedo. En vez de escapar ahora que tenia la oportunidad la curiosidad me gano. Tan estupida como siempre.
¡¿Cómo m*erda se te ocurre salir a estas horas?! ¡No me imagino lo que te pudo haber pasado si no estuviera yo siguiéndote! – gruño. Esa voz, me paralizo por completo, escucharla me trajo recuerdos dolorosos y una melancolía enorme, a su vez también felicidad. Todo combinado.
- ¿Liam? – susurre nerviosa e impactada.
El se quito la gorra y la luz de la luna alumbro su lindo rostro, sus ojos verdes en su piel pálida y cabello cenizo. En efecto era el, mis ojos se nublaron de lagrimas al volverlo a ver, tal vez no lo ame, pero eso no significa que no le tenga un enorme cariño.
- Hola – susurro algo raro.
- ¡Liam! – repetí con entusiasmo. Me acerque de un brinco y lo abrase para esconder mi rostro en su pecho fuerte - ¿Qué haces aquí? ¿Cuándo regresaste, pensé que te habías ido a Europa? – le lance millones de preguntas a la vez. El me abrazo y beso mi frente como su antigua costumbre.
- Si estaba en Europa pero volví ayer en la mañana – contesto.
- ¿Por qué no me visitaste? – me aleje de el y agache la mirada algo sentida, aun después de todo, no le guardo rencor, quiero que las cosas queden como amigos.
- Parece que no entiendes que tu y yo ya no somos amigos – dijo indiferente. Me dolieron sus palabras y su gesto frió.
- ¿Qué? ¿Por qué dices eso liam? – dije abrumada.
- Porque tu estas con justin, lose porque ayer en la noche pase por tu casa y lo vi entrar por tu balcón. Se que están juntos de nuevo – su gesto se hizo triste y dolido. Me mata verlo así.
- Pero podemos ser amigos… - susurre tratando de convencerlo.
- No, mira Male, para ser sincero me pase horas afuera de tu casa tratando de visitarte como un amigo pero no puedo, me duele pero te deseo y te exijo que sigas con justin, apenas me iba a marchar cuando te vi escaparte de tu casa, te seguí, no tenia pensado dejar que me vieras, solo quería cuidar de ti y saber a donde ibas, pero después de esto creo que no puedo seguir vigilándote para ver que locura haces, ahora hazme el favor de regresar a tu casa y fingir que nunca me viste – su voz fue cruda, dura y seca. Su gesto era indiferente, no parecía mi liam, el liam que siempre sonreía al verme. Me duele.
- Pero liam… - mi voz se quebró.
- Nada, vamos te llevo a tu casa – insistió.
- No – conteste firmemente – no pienso volver a casa – conteste con rabia.
- Estas loca ¿A dónde piensas ir? – pregunto con regaños.
- Con… jus… justin – se me fue la voz al terminar la frase, se que le dolió escuchar eso.
- ¿justin? – susurro – esta bien – confirmo.
- ¿Qué cosa? – me confundió su manera de actuar.
- Te llevo con el, no puedo dejar que andes sola a estas horas, pero que quede claro algo – me miro a los ojos tomando mi mentón – yo siempre cuidare de ti y tratare de ayudarte a ser feliz – sonrió, esa sonrisa que extrañaba por un momento se coloco en su rostro, ese gesto amable y dulce.
- Liam yo… - tartamudee. Como poder hacerlo sentir bien si lo estoy haciendo que me ayude a ir con otro chico sabiendo que el me ama.
- No te sientas mal. Yo estoy feliz si tu lo estas – sonrió de nuevo y beso mi frente.
- Gracias – murmure – es tan duro verlo así, me parte el alma no poder corresponderle, pero es que solo amo a justin, el tiempo veo que no lo a ayudado a olvidarme.
Caminamos cuadras y cuadras asta llegar a casa de justin, por supuesto yo era mas de la una de la madrugada y todo estaba apagado, liam se subió a un árbol que estaba junto a la ventana del cuarto de justin, después me ayudo a subir, abrió la ventana y me ayudo a entrar.
Antes de eso note que justin estaba completamente dormido, me acerque a la ventana y liam aun estaba en el árbol.
- gracias por todo liam – le agradecí con los ojos húmedos.
- No me agradezcas, lo hago por mi, para poder verte feliz y poder ser feliz yo también – sonrió.
- ¿Podremos ser amigos algún día? – pregunte triste, me moría por verlo tan mal. En verdad quiero seguir a su lado como su amiga.
- No lose, talvez cuando ya no te vea como la chica de mis sueños y cuando mi corazón no te desee – sonreía pero podía ver la tristura en sus ojos. Voltee de nuevo hacia atrás y justin seguía dormido, de nuevo me acerque a la ventana y al árbol que estaba pegado y liam arriba de el – talvez entonces linda – susurro – adiós.
- A… adiós – me incline
CONTINUARA....

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