¡¿Qué voy a hacer sin el amor de mi vida?! Me dolía el pecho demasiado y la cabeza me daba vueltas deseando que todo fuera una pesadilla, es tanto la desesperación de no poder hacer nada para evitar que me separen de el.
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Mis papas subieron y yo me quede en la soledad de la sala, mi cuerpo temblaba de miedo ante la posibilidad de que me alejaran de el, tome mi teléfono y lo llame pero por rara ocasión el no atendía mis llamadas. No puedo quedarme aquí sin hacer nada, tengo que contarle de esto. Tome mi abrigo ya que la noche era fresa y Salí desesperada a tomar un taxi, subí y le dije a donde dirigirse, por primera vez el camino se me hizo eterno y las ansias me consumían. Llegue y toque el timbre pero nadie abrió, es extraño que no atienda, decidí entrar.
- ¡Justin! ¿estas aquí? – dije mirando toda la casa. Estuve a punto de irme cuando escuche ruidos en la planta alta así que subí las escaleras un poco temerosa y los ruidos provenían de la habitación de justin, abrí la puerta y lo primero que mis ojos distinguieron fueron a dos personas, justin & jasmine, sentí como un dolor retumbo en mi cabeza al ver al chico de mis sueños sin playera y a ella enzima de el de una forma comprometedora. Ellos me miraron y se separaron auque note lo orgullo que sentía jasmine.
- Malena no es lo que… - se puso de pie e intento a cercarse a mi pero retrocedí.
- ¡CALLATE! NO QUIERO QUE ME EXPLIQUES NADA – grite y sentía como mis ojos se nublaban por el agua salada de mis lagrimas – ¡NO ME VUELVAS A BUSCAR EN TU MALDITA VIDA! – me aleje de el y Salí corriendo de su casa, el trato de seguirme pero jasmine lo detuvo. Corrí sin rumbo lo mas que mis piernas me permitieron hasta que perdí la fuerza y me detuve a tomar un taxi, en el camino solo me pasaba por la mente la maldita imagen de justin con esa chica. Era de esperarse, sabia muy bien que las cosas acabarían mal para mi pero ignore las consecuencias y me arriesgue para acabar con el alma partida en dos. Veía por la ventanilla del auto y mis lágrimas no cesaban ni un segundo pero cuando llegue seque mis ojos para que nadie notara que había llorado y evitarme las molestas interrogaciones de mi familia. Salí del taxi para introducirme en casa de tía lili, cuando entre por suerte nadie había notado que Salí así que no tuve que dar explicaciones, subí a mi cuarto y cerré la puerta con llave, en cuanto me asegure en mi habitación me deje caer en la alfombra sin esperar a llegar a mi cama y soltar mi llanto mas cómoda. No pude aguantar más y deje el paso libre a mis sollozos, yo seguía llorando con el rostro escondido en el suelo y mis manos aferradas a mi torso. Seguí llorando hasta que me quede sin más lágrimas que derramar y el cansancio me venció quedándome dormida.
A la mañana siguiente desperté adolorida ya que me había quedado tirada en el suelo toda la noche, me puse de pie y me metí a la ducha, era delicioso sentir el agua caliente chocar en mi piel y correr por mi cuerpo, una buena terapia para un corazón herido, salí y me vestí, no baje a desayunar ya que alimentarme se convirtió en mi última prioridad. Tome mi teléfono y había demasiadas llamadas perdidas y todas de una sola persona, justin. Avente el pequeño objeto a mi cama con rencor hacia el idiota que me había lastimado sin consideración.
- Mle – dijo una voz del otro lado de mi puerta.
- ¿Qué pasa? – conteste de mala forma.
- Te buscan – dijo mi mama.
- Quien quiera que sea no me interesa su visita. Dile que se vaya – estaba segura que la persona a la que se refería era justin.
- Es justin, quiere hablar contigo – insistió.
- ¡Dile que se largue! – grite de una forma dolorosa.
- Como tú quieras – al parecer mi madre se había ido a darle mi mensaje a justin.
De nuevo escondí mi rostro en mi almohada y comencé a llorar. ¿Seguirá aquí? Mi cabeza decía que lo olvidara pero mi corazón imploraba que lo escuchara y perdonara su error. Jamás. No puedo, no quiero ser su idiota. Después de unos minutos mi teléfono comenzó a sonar, era el de nuevo insistiendo a dañarme más. Arroje el celular lejos de mi vista.
- Male – tocaron mi puerta.
- Pasa – dije para que entraran.
- ¿estas lista para irnos a Europa? – pregunto mi padre.
- Si – tome mis maletas – vamonos.
- Ve y despídete de tus tíos y de tu prima Vanesa – asentí con la cabeza y mi papa tomos mis cosas para llevarlas al taxi que esperaba afuera. Fui con Vanesa y la abrase fuerte.
- Adiós vane, te voy a extrañar mucho – sonreí.
- Yo más, pero espera… - dijo un poco extraña - ¿Qué pasara con justin? – tenia que recordármelo ¡mi*rda!- El & yo terminamos – sonreí para fingir estar bien – bueno hipotéticamente, hablamos y quedamos en que el le explicaría a los medios de nuestra “amistosa” ruptura – mentira. Jamás hable con el pero creo que debe de entender que lo nuestro acabo. Tenia que inventar algo teniendo en cuenta que nadie en la familia se entero de nuestro “amor” si es que se le puede llamar así.
- Esta bien, entiendo entonces te veré luego, en navidad. – volvimos a abrazarnos.
- Adiós – dije un poco desanimada.
Me acerque a mis tíos y me despedí de ellos. Subimos al taxi y nos dirigimos al aeropuerto. Llegamos y mis papas tomaron las maletas, ellos iban a unos metros delante de mi y yo lamentaba cada paso que daba. Estaba a punto de cruzar la puerta y abordar el avión pero escuche alguien gritar mi nombre ¿Justin? Voltee hacia atrás y en efecto, era el quien se acercaba mi corriendo ¿Cómo me encontró?.
- Male… - dijo agitado y tratando de respirar con normalidad. Verlo me causa dolor en el pecho – tenemos que hablar.
- ¡NO! no hay nada de que hablar, a mi ya me quedo en claro todo – mi vista se estaba nublando por el agua salada que se acumulaba en mis ojos – adiós – di media vuelta dispuesta a partir ya que mis padres me esperaban para subir al avión.
- Por favor… - dijo tomando mi brazo para impedir que diera un paso mas – no me dejes – sus ojos miel se veían cristalinos y a punto de soltar una lagrima pero no lo hizo. Me parte el alma verlo así, pero a el no le importo mi sufrir ¿Por qué habría de importarme a mi su dolor?
- No puedo… - por mas que quería no podía aguantar el llanto y deje salir mis lagrimas que parecían acido en mi piel, pero nada se compara con el sufrir de mi corazón.
- Te amo… - sus palabras parecían música para mis oídos, esa frase es la que mas deseaba escuchar pero ahora de que me sirve si arruino mi confianza hacia el – ella me beso, yo no quise pero me gano la tentación, juro que ella no significa nada en mi vida. Créeme, te lo ruego.
CONTINUARA….
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